Familias enteras, con niños pequeños en los brazos, intentan escapar de Katmandú. Se agolpan para subir a los camiones y si eso no es posible trepan a los techos de los autobuses. Huyen de la falta de comida, de agua y también de las réplicas. Las labores de rescate, caída ya la noche, se mantienen mientras los supervivientes se preparan para pasar su tercera noche al raso.
Huida desesperada de Katmandú por la falta de agua, comida y por miedo a nuevas replicas