Disturbios en París durante la jornada de huelga que ha paralizado Francia contra la reforma de las pensiones promovidas por el presidente Emmanuel Macron, la más secundada desde 1995.

En un momento dado, los agentes intentan llevarse detenido a un manifestante, pero un grupo de encapuchados los rodea y se enfrenta a ellos. Los gendarmes incluso se ven obligados a soltar al hombre para poder defenderse.

Mientras, en calles aledañas, los violentos armaban barricadas y prendían fuego al mobiliario urbano. Escenas de violencia que también ha llegado a las bocas del metro, mientras el rojo de las bengalas teñía de rojo la ciudad. Incluso han vandalizado el monumento a la República con una pintada.

Los disturbios estallaban poco antes de las 16:00 horas en la capital, cuando un grupo de unos 500 radicales conocidos como 'Black bloc' se ha salido del recorrido para enfrentarse a la Policía, que ha respondido disparando gases lacrimógenos.

También se han registrado incidentes violentos, además de en París, en Montpellier o Nantes, donde los agentes han tenido que actuar frente a otro grupo de violentos.

Pese a los altercados, se ha notado el fuerte dispositivo policial: hasta 6.000 agentes han vigilado las movilizaciones en las más de 250 protestas convocadas en todo el país. Solo en París ha habido 10.000 controles en los que se han llevado a cabo hasta 87 detenciones.

Un millón de manifestantes y el transporte paralizado

En total, sobre un millón de personas se han echado a las calles por toda Francia contra la reforma con la que Macron pretende simplificar -abaratar, dicen quienes protestan- y retrasar las jubilaciones.

A la cabeza, los trabajadores del transporte público, que han conseguido paralizar gran parte del país: entre el 80 y el 90% de los trenes de cercanías, media y larga distancia no ha circulado.

También ha estado parado el metro de París: 10 de sus 16 líneas han estado suspendidas y en el resto ha habido solo la mitad de trenes. "Como nadie ha podido venir, esto es como una huelga general", comentaba una profesora parisina.

Pese a este bloqueo circulatorio, el colapso de la capital no ha sido el que se temía porque muchos han optado por moverse en bicicleta o se han organizado para compartir coche.

Por otra parte, uno de cada cinco funcionarios ha secundado la huelga: profesores, policías, bomberos, personal sanitario en Urgencias, en las refinerías públicas o en museos y monumentos como la Torre Eiffel, que ha estado cerrada.

El viernes, el panorama será parecido: los paros, sobre todo en el transporte, se anuncian también masivos.