Israel ha vivido una tarde de masivas manifestaciones, con hasta 300.000 protestantes en Tel Aviv que reclaman al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que acceda a sellar un acuerdo de tregua con el grupo islamista Hamás, mientras el líder de la oposición llama a una huelga general tras el hallazgo de seis rehenes muertos en Gaza.

El Foro de Familiares de los Rehenes ha convocado esta noche a "una marcha conmemorativa, portando ataúdes simbólicos", en Tel Aviv, y llamó a otras marchas en Jerusalén y decenas de puntos a lo largo de Israel. En la noche del sábado, ya miles de personas tomaron las calles de Tel Aviv para protestar contra Netanyahu y su Gobierno de extrema derecha, demandando elecciones anticipadas y la firma de un acuerdo de tregua con Hamás que permita la liberación de los 97 rehenes (de los cuales un tercio ha muerto) que siguen cautivos en Gaza.

Pero la mecha se encendió aún más este domingo cuando el Ejército israelí confirmó que los cadáveres que recuperó de un túnel en el sur de Gaza corresponden a los de seis rehenes -cuatro hombres y dos mujeres- que Hamás secuestró en su ataque del 7 de octubre y que, según el Ministerio de Sanidad, estaban vivos 48 o 72 horas antes de encontrarlos. "Estaban vivos. Netanyahu y el gabinete de la muerte decidieron no salvarlos. Todavía hay rehenes vivos allí, todavía se puede llegar a un acuerdo. Netanyahu no lo está haciendo por razones políticas", lamentó el líder de la oposición, Yair Lapid quien llamó a los empresarios y autoridades locales a una huelga general.

Bajo el lema "detener la nación", esta iniciativa fue secundada por el Foro Empresarial de Israel, que aglutina a las 200 empresas más grandes del país, con llamados a una huelga general que podría empezar este lunes. El alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, avanzó que su ciudad estará en huelga en apoyo a los familias rehenes. "No habrá recepción de público [en nuestras oficinas] y permitiremos que todos los empleados salgan a apoyar la lucha de las familias", dijo. También los alcaldes de Givatayim, Ran Kunik; y de Kfar Saba, Rafi Saar, anunciaron que se suman a la huelga con el cierre de sus oficinas municipales.

Una huelga que ha estado precedida de protestas en todo el país, con su epicentro en Tel Aviv, y que también llegaron a ciudades como Jerusalén o Haifa, en las que muchos de sus asistentes ven una oportunidad inédita para presionar el Gobierno a llegar a un acuerdo de alto el fuego con Hamás. Según el diario israelí Haaretz, la cifra de asistencia en Tel Aviv ronda las 300.000 personas.

A las afueras de la ciudad, los manifestantes bloquearon las autopistas, llegando a crear barricadas de neumáticos en llamas para ello. También en la portuaria Haifa, al norte del país, miles de personas bloquearon enarbolando la bandera nacional los accesos a la ciudad. Las protestas continuarán a lo largo de la semana, ya que la organización de sindicatos más grande de Israel, Histadrut, anunció una huelga general a partir de mañana lunes, que incluirá al aeropuerto internacional de Tel Aviv.

Lapid, líder del partido Yesh Atid, exigió una sesión especial en el Parlamento israelí (Knéset) para discutir un nuevo acuerdo de tregua con Hamás, como el pactado en noviembre pasado y que permitió la liberación de 105 rehenes a cambio de 240 palestinos presos en cárceles israelíes. Sin embargo, la cámara israelí está en receso hasta finales de octubre y una sesión plenaria ordinaria requeriría el apoyo de al menos 25 legisladores; y para exigir la asistencia de Netanyahu se necesitan 40 legisladores.

Para los familiares de los rehenes, sus allegados estarían vivos si Netanyahu hubiera firmado un pacto con Hamás, al que la mayoría en su gabinete se opone. "Quienes asesinan a secuestrados no quieren un acuerdo", replicó el primer ministro en un mensaje grabado, poco antes de pedir "perdón" a la familia de uno de los rehenes muertos. Las negociaciones de un alto el fuego que permita la liberación de los rehenes que quedan en Gaza cayeron en punto muerto entre acusaciones cruzadas de añadir nuevas demandas a la propuesta de tregua que extendió Estados Unidos en mayo.