Las mujeres en Polonia han dicho 'basta'. Con el lema "esto es una guerra", han tomado las calles, por séptimo día consecutivo, para protestar contra la sentencia judicial que considera inconstitucionales los abortos por malformación fetal grave o letal, lo que supone el 97% de los que se realizan en el país.

En la ley actualmente vigente, una de las más duras y restrictivas de Europa, este es uno de los tres supuestos en los que se permite la interrupción del embarazo. Los otros dos son si este es consecuencia de una violación o incesto, o si la vida de la mujer está en peligro.

Con sus derechos en peligro, tras el fallo del Tribunal Constitucional que abre la puerta a un endurecimiento de la ley en el país, las polacas se han plantado. "Se ha hecho a nuestras espaldas. Ahora la única opción es salir a la calle y gritar nuestra objeción", reivindica una manifestante.

Día tras día, desde hace una semana, se concentran a las puertas del Parlamento en Varsovia protagonizando incluso enfrentamientos con la Policía. "Creo que es el comienzo de una revolución que conducirá al derrocamiento de este Gobierno", señala otra.

Combativas y empoderadas, de momento han conseguido que el presidente haya tenido que desmarcarse de la cúpula más conservadora de su partido y decir públicamente que las mujeres deberían de seguir teniendo el derecho a abortar en caso de malformaciones graves.