Un hospital infantil argentino convierte su sala de resonancias magnéticas en una aventura para sus pacientes, que tendrán que ayudar a un extraterrestre a encontrar su nave espacial en la "ciudad perdida", una forma de ayudar a los pequeños a que pierdan el miedo a la prueba de diagnóstico.

La aventura lleva a los niños del Hospital Garrahan, de Buenos Aires, a una mina abandonada, una cascada y un templo, entre otros lugares de la "ciudad perdida", hasta completar el mapa con el que guiarán a un extraterrestre a llegar a su cohete.

La iniciativa se denomina "Una aventura espacial" y está destinada a que descienda la cantidad de anestesias que se aplican a los niños para realizarles pruebas de resonancia. "Lo que nos preocupaba era la ansiedad que genera en los pacientes ingresar al resonador", ha asegurado José Lipsich, coordinador del área de Diagnóstico por Imágenes del hospital.

"Cada vez que se abre la puerta del resonador es 'guau', es la visión de los niños y de los padres", contó Lipsich, quien señaló que desde el hospital se atrevieron "a hacer algo diferente e innovador" que "va a dar muy buenos resultados".

Los niños entrarán a la "mina encantada" y se encontrarán con un enorme fósil de un dinosaurio que les dará la bienvenida a la "Sala de las gemas", en la que conseguirán unas piedras brillantes. Atravesarán un puerta, el templo de la 'ciudad perdida', en el que está el cohete espacial, el escáner donde los niños entran para realizar la prueba médica.