Miles de estudiantes de Hong Kong han formado parte de una gran huelga que ha coincidido con el primer día del curso escolar, la vuelta a las clases. Estos han liderado una protesta que ya acumula 1.117 detenidos.

Este paro ha llegado tras el que ha sido el fin de semana más violento del verano, que ha concluido con la detención de 159 personas, según ha informado la policía local. Por ello, los estudiantes reclaman el cese de la violencia, la investigación de la brutalidad policial y la amnistía de los presos.

Ocho universidades públicas y otras cinco instituciones de educación superior han comenzado una huelga de dos semanas con el fin de presionar a las autoridades.

Durante la mañana del lunes han sido detenidas ocho personas por cargos de posesión de armas ofensivas e incumplimiento de una orden judicial después de que "manifestantes radicales interrumpieron las operaciones en diferentes estaciones de metro".

Las demandas de los estudiantes son las mismas que los manifestantes prodemocracia llevan pidiendo durante semanas: la retirada total de la polémica ley de extradición y del término "revuelta" a las manifestaciones, amnistía para los arrestados, una investigación independiente sobre la brutalidad policial a la hora de dispersar las protestas y la introducción del sufragio universal.

Por su parte, los estudiantes de secundaria también han comenzado un boicot por el que pararán las clases todos los lunes. Según los organizadores, más de 10.000 alumnos se han sumado a la iniciativa, que incluye actos como minutos de silencio y cadenas humanas. Los manifestantes, muchos de ellos vestidos de negro y enmascarados, han distribuido pasquines informativos con los motivos de la huelga.

Ya que los jóvenes han sido los principales promotores de las protestas, se pensaba que, cuando estos regresasen a las aulas en septiembre, el movimiento desaparecería. No obstante, lejos de ceder, tanto los manifestantes como la policía han subido la apuesta en las últimas semanas.

"La amenaza de una ofensiva con munición real es inminente. ¿Cómo es posible, cuando el Gobierno desgarra brutalmente a Hong Kong y convierte cada calle y distrito en un campo de batalla, que nos sentemos en nuestros pupitres en la escuela como si nada hubiera pasado? ", ha señalado una declaración conjunta emitida por los sindicatos de estudiantes de secundaria y universitarios.

Así, "un boicot de clases no es simplemente estar ausente de la escuela, sino que es una acción colectiva por la justicia social y el cumplimiento de la responsabilidad cívica. Como estudiantes, asumimos la responsabilidad de defender nuestro hogar y proteger la conciencia".

La Alianza de Huelga de Estudiantes de Hong Kong, uno de los organizadores, ha advertido que pueden intensificar su acción si el Gobierno no responde antes del 13 de septiembre.

Mientras tanto, el funcionamiento del metro ha vuelto a la normalidad después de que ayer se suspendiera la línea que conecta la ciudad con el aeropuerto tras cometerse actos vandálicos por parte de algunos manifestantes violentos.

Después de que el Gobierno chino forzase a MTR Corporation, el proveedor de servicios de metro de la ciudad, a ejecutar medidas contra los protestantes, la compañía se ha convertido en un arma más en el movimiento.

Este domingo fue una jornada caótica ya que los manifestantes buscaron entorpecer el tráfico hacia el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más concurridos de Asia, donde las manifestaciones lograron la cancelación de casi mil vuelos a mediados de agosto.