Ante 160.000 personas, en Berlín este, Bruce Springsteen pronunciaba las siguientes palabras: "Sólo he venido aquí para tocar rock and roll con la esperanza de que algún día caigan todas las barreras". Un año después, casi de manera premonitoria, caía el muro de Berlín. Durante semanas, los berlineses habían inundado las calles para pedir reformas democráticas, ya que querían cruzar a Alemania Occidental.

La presión social forzó la dimisión del Gobierno y el partido Comunista había improvisado una nueva ley de viajes para intentar calmar los ánimos. El encargado de anunciarla fue el por entonces nuevo portavoz de la RDA, Günter Schabowski, que no se leyó el documento y desconocía las medidas. Por eso, anunció lo siguiente: "Los ciudadanos podrán cruzar la frontera y viajar al exterior sin importar destino ni motivo".

Al ser preguntado cuándo se implementarían, tuvo que improvisar: "Pues creo que desde ya mismo". Sin pretenderlo, acababa de cambiar el rumbo de Europa. "Apenas una hora después de que el portavoz del Politburó haya anunciado que se abrían las fronteras con Berlín, todo el mundo recoge los visados y prácticamente sin rellenarlo están pasando al otro lado", comunicaba una reportera en el telediario de TVE.

De este modo, medios de todo el mundo anunciaban el 9 de noviembre de 1989 el fin de la división. "Las autoridades alemanas han dicho que, en esencia, el Muro de Berlín ya no significa nada", afirmaba un presentador de informativos aquella noche. Miles de alemanes se acercaron al muro que, durante 28 años, les había separado de amigos y familiares.

Unos aprovechaban para inmortalizar un momento histórico, mientras que otros rompían con las manos, pedazo a pedazo, el símbolo de la Guerra Fría. El muro de Berlín cayó en una noche. Y sonaron entonces, como cantó Springsteen en 1988, las 'campanadas de la libertad'.

El relato de dos españoles presentes en la caída del muro de Berlín: "Nadie se atrevía a decir qué iba a pasar"