Esta historia solo tiene dos protagonistas: Hillary Clinton y Donald Trump.

La dama de Arkansas siempre ha sido una luchadora. Tiene a su favor el conocimiento de la maquinaria política y es la primera mujer que podría coronar la Casa Blanca. Pero, para muchos, es fría, calculadora y hasta cierto punto engañosa.

"La etiqueta de 'mujer mala que engaña', dirigida a las vísceras machistas y misóginas de los electores, y los mails son una buena palanca", explica Antoni Gutiérrez-Rubí, experto en comunicación política para CIDOB.

Y en el otro lado, Donald Trump. Por él nadie daba un duro. Durante las primarias se dedicó a hacer ruido y a salir en la prensa, y funcionó. Para muchos expertos es un experto de hacer mentiras. "Es evidente que los mejicanos no van a pagar un muro, pero cuando tú intentas decir que eso es mentira, él ya sacado otro, por ejemplo, que Obama es el fundador de Daesh", asegura el profesor de Ciencia Política de la UAB, Gabriel Colomé.

Los insultos, sobre todo hacia la mujer, también son su especialidad. "The New York Times publicó dos páginas enteras con todos los insultos y mentiras que ha dicho Trump durante toda la campaña", asegura Colomé.

Y aquí están los dos, frente a frente luchando por la Casa Blanca. Clinton ha elegido Filadelfia para el final de su campaña, mientras que Trump lo hará en New Hampsire. Ella estará acompañada, él cabalgará solo.