En entrevista en 'Good Morning America', James y Kimberly Snead explicaron que se cruzaron brevemente con Cruz el mismo día del tiroteo. Kimberly indicó que al verle comenzó a gritar al joven y que lo que "realmente quería más que nada era estrangularlo".

Fue entonces que Cruz, que se había mudado a su casa después de que su madre adoptiva muriera de una neumonía y el padre adoptivo falleciera años atrás, les dijo que lo "sentía".

James explicó que todavía viven una "montaña rusa de emociones" y que es "duro" lo que están pasando.

Cruz era amigo de su hijo, y por eso aceptaron que se trasladara con ellos, y que éste se siente "traicionado" y "furioso" por lo que hizo, pues él mismo estaba en ese momento en la escuela.

James, exmilitar, dijo que una de las condiciones que le impusieron a Cruz para mudarse a la casa fue comprar una caja fuerte para guardar sus armas y que pensaba que él tenía la única llave, por lo que el joven no podía utilizarlas sin su permiso.