Rusia ha anunciado este lunes un alto al fuego para la evacuación de los miles de civiles que se encuentran refugiados de las bombas en la acería Azovstal, en la ciudad de Mariúpol.

Las unidades de Fuerzas Armadas de Rusia y de la república popular de Donetsk cesarán las acciones de combate, se retirarán a una distancia razonable y permitirán la evacuación de civiles "en la dirección que ellos elijan", declaró el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, coronel general Mijaíl Mizíntsev.

Mientres, desde esas instalaciones, siguen llegando imágenes difundidas por los propios combatientes que también se refugian allí. Son niños atrapados que piden poder salir para reunirse con sus familiares.

"Hemos estado jugando con el teléfono pero queremos irnos a casa, queremos ver el sol", asegura una niña, al tiempo que otro de los menores apunta que extrañan a su seres queridos: "Todos tenemos muchas ganas de volver a casa, queremos volver vivos, ver a nuestros padres. A nuestros parientes. Los echamos mucho de menos".

El jueves de la semana pasada, el presidente ruso, Vladímir Putin, canceló la orden de asaltar Azovstal, cercada hace varias semanas, y argumentó su decisión con la necesidad de pensar más en salvar la vida y la salud de los soldados y oficiales rusos.