La familia de Jackeline busca respuestas, quiere saber cómo pudo morir bajo custodia de la patrulla fronteriza, aseguran en un comunicado que la niña se encontraba BIEN cuando entró en EEUU.

"El padre cuidó de su hija, no sufrió falta de agua ni de comida antes de llegar a la frontera", asegura Rubén García, portavoz de la familia.

En el pueblo donde nació la pequeña de siete años lloran su muerte. "No queremos aceptarlo, pero ya ha sucedido", ha dicho el tío de la pequeña.

Un mazazo, sobre todo, para su padre, al que estaba muy unida, cuenta su madre: "La niña murió delante de su padre, sin que él pudiera hacer nada".

Jackeline soñaba con llegar a Estados Unidos y enviarle dinero a su familia. "Estaba muy contenta por irse porque sabía que en EEUU tendría una vida mejor", explica su abuelo.

En recuerdo a sus brincos y sueños, un gran corazón blanco clavado frente a la casa donde se crio.

Migrantes y organizaciones de Derechos Humanos piden justicia y una investigación transparente. "Queremos una investigación transparente", exige Fernando García, director de Red Fronteriza por los Derechos Humanos.

"Perdió la vida debido a la política de cero tolerancia de Trump", añade Gabriela Castaneda, portavoz de Red Fronteriza por los Derechos Humanos

La muerte de Jackeline, dicen, es el último grito de la desesperación que viven cientos de familias que arriesgan su vida intentando cruzar a Estados Unidos.