"Había pánico, cables por todos lados. El fuego fue inmediato, cuando estábamos volcando nos estábamos quemando. Había fuego a diestro y siniestro". Así describe el pasajero Stergios Minenis, de 28 años, cómo se vivió desde dentro el accidente.

Unas declaraciones que dejan constancia de la gravedad de este choque que se ha saldado, al menos, con la vida de 43 pasajeros. Además, centenares de personas han resultado heridas. Una tragedia que ha tenido lugar después de que dos trenes colisionasen frontalmente cerca de la localidad Griega de Tempe, en el centro del país.

Otro de los pasajeros que se encontraba en uno de los últimos vagones ha indicado que él pudo sentir cómo el tren se estremecía y luego volcaba. "Me las arreglé para salir y fui al frente. El tren estaba doblado en un ángulo de 90 grados, la mitad estaba colgando sobre el acantilado, ardiendo. Había cinco personas heridas justo donde yo estaba parado", ha explicado.

En uno de los trenes que han colisionado había alrededor de 350 personas. Los pasajeros han indicado que, al menos, dos tercios del tren estaba ocupado, en su gran mayoría por jóvenes.

"Mi hijo no contesta el teléfono", se podía escuchar decir a una mujer mientras esperaba en una estación de tren en Tesalónica. Otra mujer ha corrido a abrazar a su hija mientras bajaba de un autobús con supervivientes. "Mamá no, estoy herida", le ha respondido inmediatamente su hija para tranquilizarla.

Muchos pasajeros estaban regresando a casa después de un largo fin de semana festivo debido al comienzo de la cuaresma ortodoxa griega. En principio, se cree que la mayoría de las personas que cogieron este tren eran estudiantes universitarios.

Los bomberos trabajan para sacar a los pasajeros de los trenes después de una colisión cerca de la ciudad de Larissa, Grecia.

Los testigos han reconocido que sintieron un fuerte estremecimiento, luego un estruendo y el caos. "Las personas fueron arrojadas de los vagones delanteros debido al impacto", han desvelado. De hecho, algunas de las víctimas han sido encontradas hasta a 40 metros de distancia de los restos, mientras que otras se encontraban atrapadas en vagones en llamas.

"Estaban rompiendo las ventanas y la gente gritaba. Una de las ventanas se rompió por el impacto del hierro del otro tren", ha confesado un pasajero del quinto vagón a Skai TV.

Una fotografía tomada con un dron muestra a los bomberos y equipos de rescate trabajando para sacar a los pasajeros de los trenes después de una colisión cerca de la ciudad de Larissa, Grecia.

Cuando amaneció, los equipos de rescate se arrastraron a través de una masa de acero destrozada y humeante mientras las grúas retiraban lentamente las piezas del tren. El equipo de rescate todavía sigue trabajando en el terreno y el país ha decidido decretar tres días de luto.