Gustavo Petro ha vuelto a pronunciarse sobre el escándalo de corrupción que envuelve a su hijo Nicolás y que amenaza con salpicarle. El presidente de Colombia ha rechazado las acusaciones vertidas esta semana por su primogénito, imputado por presuntos delitos de blanqueo de capitales y enriquecimiento ilícito.

"La campaña no recibió dinero alguno de carácter ilícito", ha asegurado Petro en un mensaje publicado en sus redes sociales poco después de que tanto su hijo como la exesposa de este último y también imputada, Daysuris Vásquez, hayan recibido la libertad condicional.

El mandatario, que encargó en marzo una investigación contra su hijo, ha asegurado una vez más que no entorpecerá el proceso judicial. "No presionaré como presidente a la justicia en su caso, los funcionarios judiciales que intervengan en su proceso serán por mi respetado", ha añadido.

El presidente, asimismo, ha indicado que solo tuvo conocimiento de las presuntas actividades delictivas de su hijo por una reunión con la exmujer de su primogénito "hace apenas unos meses" cuando encargó la investigación.

"Lo sucedido con mi hijo es para mi terrible y muy lamentable. Ojalá algún día pueda hablar con él y perdonarnos", ha indicado.

Un tono conciliador que sería nuevo para su hijo. Según una entrevista con la revista colombiana Semana, el presidente solo habría querido hablar con él una vez se encontraba en la Fiscalía para declarar,

"Yo duré meses mandándole mensajes a través de otras personas para hablar con él y nunca obtuve respuesta", ha indicado su hijo, que reconoce sentirse utilizado. "Yo no me voy a inmolar ni por mi papá ni por nadie, solo por mi hijo", ha advertido.

Aun así, da la razón a su padre, asegurando no sabía nada de la financiación ilegal de los dos narcos. "Ni mi papá, ni el gerente de la campaña Ricardo Roa, sabían de esos recursos ni sabían que recibíamos esos aportes y, obviamente, no sabían que yo los utilizaba para la campaña", ha confesado Nicolás.