Las profundidades del océano, los confines de la Tierra o incluso el espacio exterior. Estos son los nuevos objetivos de las grandes potencias del mundo para aprovechar sus recursos sin explotar... y también podría ser el lugar donde ocurran nuevas guerras en este intento de hacerse con ellas.
Estos espacios se consideran "espacios comunes globales" y no tienen propiedad, como explica Ana Raya, analista de 'El Orden Mundial': "Los espacios comunes globales. Son los lugares de la Tierra que tienen un alto valor estratégico para los estados y que por tanto no pertenecen a ninguno de ellos, sino a su conjunto".
Estos lugares están sin explotar y las estimaciones es que son muy ricos en materiales muy necesarios para las grandes potencias ante la escasez en el resto del planeta: "En la Antártida se estima que hay 500.000 millones de toneladas de petróleo y en el fondo marino, hay grandes reservas de minerales críticos, que son fundamentales para la transición energética".
Y la ambición de las grandes potencias por estos sitios podría llevar, por ejemplo, a destruir los polos en busca de petróleo, un despliegue de capacidades anti satélite (Rusia podría esta desarrollando un arma nuclear anti satélites) y enormes máquinas para hacerse con el mundo marino.
Esto último ya lo hace China, como explica Ana Raya: "China lleva desde 2015 con el proyecto 'Gran Muralla Submarina' en el Mar de China Meridional, que no solo tiene muchos cables submarinos que se encargan del 95% del Internet global sino también grandes aspiraciones territoriales".
Estas aspiraciones, además, podrían llevar a tensiones entre grandes potencias en unos tiempos en los que crecen las guerras en todo el mundo.