La guerra en Ucrania iniciada por Vladímir Putin ya está ocasionando serias consecuencias económicas a nivel internacional, y también en España. Prueba de ello es el precio del petróleo, que se ha disparado tras el comienzo del conflicto. Este lunes, el barril de crudo ruso ha subido un 35% y cotiza en torno a los 126 dólares tras haber alcanzado la pasada noche los 138, un máximo desde 2008, en un momento de pánico por el temor al difícil suministro por la guerra. Además, se teme que la subida pueda dispararse aún más ante la posibilidad de que se bloqueen las exportaciones de Rusia.
Así, la gasolina, que estaba a 1,59 euros el litro, ha superado ya los 1,70 euros, y expertos y analistas apuntan a que esa subida irá a más, llegando a los dos euros por litro, lo que aumenta la incertidumbre ante el aumento de una inflación ya desbocada por la invasión de Ucrania. Por su parte, el diésel, que estaba a 1,47, está ya a casi 1,60 euros. Son subidas en torno al 5% en una semana tras un año en que ya subían un 29%.
En este sentido, aunque el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha afirmado que España recibe la perturbación provocada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia con una posición de salida "muy sólida", ha advertido de que "evidentemente" va a afectar a la economía. Esto es, ha alertado de que la guerra, en la medida en la que impacta adicionalmente sobre los precios del petróleo y del gas, puede hacer más persistente "la perturbación" que ya había antes. Por su parte, la Unión Europea presentará este martes un conjunto de medidas para reducir su dependencia del gas y el petróleo, según ha señalado este lunes la Comisión Europea.
Las claves del plan de la UE: diversificar el suministro, acelerar inversiones en renovables y mejoras en eficiencia energética
Von der Leyen ha confirmado que este paquete de medidas contará con tres "pilares" principales: diversificar el suministro de combustibles fósiles para reducir la dependencia de Moscú, acelerar las inversiones "masivas" en energías renovables e impulsar mejoras en eficiencia energética. "Tenemos que liberarnos del gas, del petróleo y del carbón ruso", ha enfatizado la alemana, para después explicar que la búsqueda de otros proveedores de gas y de gas natural licuado (GNL) tendrá que tener en cuenta también que la nueva estructura sea también "compatible" con el hidrógeno.
Desde el 24 de febrero, cuando Rusia inició el conflicto, el crudo del mar del Norte ha escalado más de un 34% y actualmente se aproxima a sus máximos históricos, por encima de los 146 dólares, alcanzados a principios de julio de 2008. Esta nueva subida del Brent se produce precisamente después de que Estados Unidos dijera este fin de semana que analiza con la UE prohibir la importación de petróleo procedente de Rusia, en otro intento por asfixiar la economía rusa. También ha influido que el Gobierno ruso ha planteado a EE.UU. "exigencias de última hora" en el "casi finalizado acuerdo nuclear con Irán", según ha apuntado el analista Jeffrey Halley de la plataforma digital de inversiones OANDA.
Halley señala además que tampoco hay "mucha capacidad" dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios para aumentar su producción de manera inmediata, aunque sí tendrían potencial para bombear Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), con sede en París, afirma por su parte que "el ataque de Rusia a Ucrania ha puesto de relieve la dependencia de Europa del gas natural ruso". Rusia representó alrededor del 45% de las importaciones de gas de la UE en 2021 y casi el 40% de su consumo total de gas.