Dos helicópteros Apache estadounidenses descargan contra un grupo de iraquíes. En apenas segundos, los hombres quedan tendidos en el suelo. 12 han muerto, entre ellos dos trabajadores de la agencia de noticias Reuters. En los comentarios por radio, se escucha decir: "Mirad a esos bastardos muertos". Los soldados luego justificaron el ataque diciendo que pensaron que eran insurgentes armados.

El vídeo, de 40 minutos de duración, es uno de los ejemplos más claros y flagrantes de los miles de crímenes de guerra cometidos en Irak. Según la Universidad John Hopkins al menos 655.000 personas han muerto desde el inicio de la invasión. La mayoría, civiles. El dato real nunca se sabrá porque muchas muertes no se llegaron a documentar. Otros crímenes como las torturas o las violaciones fueron justificados. Eran 'daños colaterales' de una guerra infame.

Sí que se hicieron fotos los soldados estadounidenses que abusaron y torturaron a prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib: les desnuadban, conectaban a la corriente o les tiraban heces encima. Un escándalo que dañó irremediablemente la credibilidad del ejército estadounidense.

Tal y como resume Jesús A. Núñez, codirector del IECAH en Al Rojo Vivo, una de las consecuencias principales de la invasión de Irak fue "la destrucción de la credibilidad de EE. UU. como garante de la seguridad para muchos países de la región, empezando por el propio Estados Unidos".

Años después, se han seguido conociendo denuncias de violaciones a mujeres y niñas por parte de los soldados. En el caso conocido como la violación de 'Mahmudiyah', varios soldados estadounidenses -fueron juzgados cinco- violaron a la pequeña Abeer Qassim Hamza al-Janabi y después la mataron a ella, a sus padres y a una de sus hermanos.

Para otros conflictos similares, se crearon tribunales especiales que condenaron los crímenes de guerra y a sus responsables. Es el caso del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) , creado para juzgar a los responsables de los crímenes de guerra cometidos durante los conflictos de los Balcanes en la década de 1990. Sin embargo, veinte años después, los de la guerra de Irak aún no han sido juzgados.