El año de guerra en Ucrania ha dejado el mundo sin prácticamente existencias de munición: hay cañones y armas pero no hay balas. Las fábricas están a pleno rendimiento y han triplicado su capacidad de producción pero, aún así, no dan abasto.
En Estados Unidos en la actualidad se producen 14.000 proyectiles al mes y quieren sumar 6.000 más en dos meses. Aspiran a alcanzar los 90.000 el próximo año.
Y en Europa siguen el mismo camino. En nuestro país, la Fábrica de Municiones de Granada ha aumentado su producción en un 300%, llegando a contratar a 80 personas más. Y, con todo, no es suficiente: la guerra está gastando más de lo que se produce.
Por ejemplo, Rusia estaría gastando 50.000 proyectiles al día, frente a los 7.000 que puede lanzar Ucrania. Eso, en un mes, serían más de un millón y medio para Rusia y 210.000 de Ucrania. Son casi dos millones de proyectiles al mes.
El problema es la falta de previsión de la industria, lo que ha provocado que en un año no hayan sido capaces de aumentar la producción lo suficiente para todo lo que se gasta en el terreno.