Normalmente los guardias de la Casa Real británica intentan advertir sus modos, los más suaves y diplomáticos. Aunque muchas veces hay que entenderlos, por las situaciones que tienen que aguantar.

Nos creemos muy graciosos y los guardias solo hacen su trabajo, por ello es digno de admirar que no se acaben riendo viendo algunos espectáculos

Pero la Guardia Real es implacable y algunos se llevan un escarmiento. Aunque a veces tienen su corazoncito, sólo si eres familia.

No se cortan ni con los más peques. Quedan advertidos. Si se encuentran con alguno de ellos, mantengan las distancias. Los tiempos en los que se quedaban quietos y nada más, pasaron. Ahora como poco, te ignorarán...pero con mucho estilo.