Los eurodiputados citaron varios estudios que defendían que la tasa de accidentes se incrementa en un 30% en la semana del cambio de hora, o que este supone unas pérdidas en el sector agrario por la reducción de la producción láctea en un 10%. También recogieron encuestas en varios países, como Alemania, donde un 74% de los ciudadanos se mostró en contra del cambio horario.
La iniciativa se basó en otras propuestas ciudadanas registradas en varios países europeos, donde miles de ciudadanos se habían mostrado contrarios a este cambio horario estipulado en la normativa europea. "Puesto que tenemos una directiva vigente que regula la cuestión horaria, la mejor manera de resolverlo es modificar la directiva comunitaria, no con una decisión unilateral de un Estado miembro", explicó el eurodiputado del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el checo Pavel Svoboda.
El eurodiputado mencionó que en Finlandia la iniciativa popular ha llegado a tratarse en una comisión parlamentaria y podía llegar al Legislativo. "En ese caso, Finlandia podría llevarlo al Consejo (Europeo) y el asunto podría debatirse a nivel europeo", apuntó. La responsable de la asociación 'Vereniging tegen het Zomeruur', que militaba en Bélgica contra los cambios de hora, subrayó que estas modificaciones "no suponen un beneficio para las personas y rompen su biorritmo".
"Implica problemas de insomnio para muchas personas, la melatonina se ve bloqueada y esto desemboca en toda serie de enfermedades, consumo de sustancias y coste adicional en los sistemas sanitarios", argumentó.
El cambio de hora contó también con las críticas de organizaciones como Greenpeace, que, en particular, consideró insuficiente el ahorro energético generado por la medida en España. Entre los parlamentarios que secundaron la propuesta figuraron miembros del PPE, de los socialistas (S&D), liberales (ALDE), Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), la Izquierda Unitaria Europea (GUE), Los Verdes y los euroescépticos de EFD y ENF.