Celebran los misilazos como goles
Un genocidio convertido en espectáculo: un mirador para observar los bombardeos en Gaza se convierte en el nuevo atractivo turístico de Israel
Los detalles Varias agencias de viajes organizan este tipo de actividades en las que decenas de personas se agolpan en un mirador de la localidad de Sderot para ver la caída de las bombas en suelo palestino.

Resumen IA supervisado
En Israel, los bombardeos sobre Gaza se han convertido en un macabro espectáculo turístico. Un mirador en la frontera entre el Estado judío y el enclave palestino atrae a visitantes que observan los ataques como si fueran un evento deportivo. En la localidad de Sderot, grupos de personas, equipados con prismáticos, celebran cada explosión en territorio palestino. Además, el lugar es un punto de reunión para colonos israelíes de ultraderecha que exigen una ofensiva más dura contra Gaza. Apoyados por figuras del Gobierno de Netanyahu, estos radicales ven el conflicto como "autodefensa" y sueñan con convertir la zona en un complejo turístico, eliminando cualquier rastro palestino.
* Resumen supervisado por periodistas.
Como una fiesta. Así viven en Israel cada bombardeo sobre Gaza. Eso ha hecho que, en los últimos meses, un mirador situado en la frontera entre el Estado judío y el enclave palestino se haya convertido en un auténtico atractivo turístico para ver cómo los misiles y las combas caen sobre la Franja acabando con la vida de miles de personas.
Varias agencias de viajes organizan este tipo de actividades en las que decenas de personas se agolpan en una zona elevada de la localidad de Sderot. Con prismáticos en mano, presencian los bombardeos que constantemente golpean el norte de la Franja como si de un cine de verano se tratase. Con cada impacto de una bomba en suelo palestino, los visitantes gritan y celebran como si de un gol de su equipo en un partido de la Champions League se tratase.
Además, en ese punto se manifiestan de forma habitual colonos israelíes de ultraderecha que piden endurecer aún más la ofensiva contra Gaza. Unas protestas por las que se han dejado ver varios ministros del Gobierno de Netanyahu, como el de Seguridad Nacional, el ultra Itamar Ben-Gvir.
Miran a una tierra de la que dicen que "les echaron" y que esperan recuperar para, como ya sugirió Donald Trump, convertirla en un lujoso complejo turístico en el que no quede rastro del pueblo palestino.
"Gaza es nuestra. Hagamos lo que el sionismo siempre ha hecho y pongamos asentamientos", asegura Daniela Weiss, activista israelí de ultraderecha. Para estos radicales, el genocidio de Israel en Gaza no es más que "autodefensa" y los asesinatos de miles de inocentes, un espectáculo veraniego.