En Calais se han lanzado gases lacrimógenos contra los refugiados. Aquí la policia francesa ha comenzado el desmantelamiento parcial del campamento que acoge a más de 3.000 personas. Las ONG han criticado duramente la violencia utilizada por los agentes. Las autoridades han disparado, además, cañones de agua contra refugiados y activistas que han intentado impedir el desalojo. Por ahora no hay al menos una persona detenida.