Las fuertes lluvias han convertido en ríos las calles de Toulouse, en Francia, donde el agua ha cubierto completamente la calzada, haciendo que circular sea un ejercicio de riesgo.
Las intensas precipitaciones cayeron durante apenas diez minutos, pero fue tan intenso que las alcantarillas no daban abasto para evacuar el agua.
Los bomberos tuvieron que responder a más de 100 incidencias. Todo esto en un verano en el que las temperaturas han alcanzado en las principales capitales europeas sus máximos históricos.
Los termómetros de París alcanzaron temperaturas que no se registraban desde 1947 y la compañía francesa de trenes Thalys anunció que no vendería billetes por seguridad.