Con todas las esperanzas puestas en la vacuna de la COVID-19, una de las claves estará en lograr el acceso masivo a ella. Por ello, cada vez son más las voces que piden que se declare "bien público global". De esta forma, como explica el profesor de Economía en la Universidad Europa, César Lajud, la vacuna se convertiría en un bien "cuyo consumo no se puede impedir una vez producida, por lo que la podría disfrutar cualquier persona".

Un concepto aplicable a ámbitos tan diversos como el desarrollo sostenible o la lucha por la Paz. En este caso, buscaría primar la salud pública a los intereses de mercado, para evitar lo ocurrido hace solo unas semanas con la falta de test.

Y es que como destaca el investigador de ‘Is Global’ Rafael Vilasanjuan "la vacuna la necesitamos todos", pero "no va a poder ser producida para toda la humanidad, por lo que "tiene que haber mecanismos de acceso y precios accesibles para que todo el mundo la tenga a disposición".

Esta declaración se haría adscribiéndose a la norma de la Organización Mundial del Comercio que permite priorizar la salud pública a las patentes. Existen precedentes, el principal y que abrió a la puerta a esta colaboración fue la pandemia del SIDA. "Las farmacéuticas no renunciaban a la patente, solo las cedían, incluso en ocasiones temporalmente, para que sus medicamentos pudieran ser copiados", recuerda Vilasanjuan.

Así se garantizará que los países con menos recursos también tengan acceso a la vacuna de la COVID, algo que para fundaciones que luchan por democratizar la Sanidad, debería quedar también por escrito. Así lo defiende la director de ‘No es Sano’, Vanessa López: "Gran parte de las inversiones es pública, por eso, lo que tienen que hacer los estados es hacer valer esta inversión".

Por su parte, la OMS ha ido más allá esta semana y ha pedido que se cree un archivo mundial con información de todas las investigaciones que se han hecho sobre la COVID. Pero, mientras en los países más avanzados se lucha contra el coronavirus, en otros también lo hacen contra el sarampión o la polio, enfermedades que siguen matando. Por eso, los programas de vacunación son imprescindibles, pero la pandemia de la COVID-19 los ha frenado.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS, alerta de que el sarampión "afecta a, al menos, 68 países y es probable que afecte a, aproximadamente. 80 millones de niños menores de un año". De momento, ya ha afectado a 13 millones y medio de niños, que han perdido la posibilidad de ser vacunados, según la Alianza Globalpara la Vacunación y la Inmunización.

Las campañas de sarampión se han suspendido en 27 países y las que luchan contra la polio en 38. UNICEF ya ha avisado de que estas consecuencias para los niños pueden ser mortales. "No podemos intercambiar un brote mortal por otro. No podemos permitirnos perder décadas de mejoras en la salud", destaca Henrietta Fore, directora Ejecutiva de UNICEF. Por todo ello, exigen a los estados que se movilicen para evitar que su población se tenga que exponer a enfermedades que ya están contraladas.

La candidata a vacuna más avanzada de las que están creando en España

El doctor Mariano Esteban dirige el proyecto de vacuna más avanzado de España. El científico, con 30 años de experiencia, asegura en este vídeo que jamás ha visto algo tan virulento como el coronavirus. Según su criterio, en meses habrá múltiples vacunas, aunque el virus se quedará con nosotros "al menos dos años".