Francia prohibirá los vuelos nacionales en rutas que puedan cubrirse en tren en menos de dos horas y media. Así lo decidieron los legisladores del país galo el pasado fin de semana, en una votación cuyo objetivo principal era dar con nuevos métodos para reducir las emisiones de carbono de la industria del transporte aéreo.

Esta medida forma parte de un proyecto de ley climático más amplio, que además cuenta con unos datos muy concretos: la intención es reducir en un 40% las emisiones en 2030; es decir, rebajarla a niveles propios de la década de los 90. No obstante, los activistas acusan al presidente Emmanuel Macron de diluir las promesas anteriores en el proyecto de ley.

Ahora, esta votación ha coincidido con otra decisión importante del Ejecutivo de Macron; concretamente, de su ministro de Economía, Bruno Le Maire, que este martes ha confirmado un acuerdo para inyectar 4.000 millones de euros en Air France.

El Estado, principal accionista de la compañía

El sector de las aerolíneas es uno de los que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia. De hecho, a pesar de que el tráfico aéreo está casi normalizado en Asia (y en Norteamérica con un 80 % de circulación), en Europa solo se ha recuperado el 40 %, y no se espera un retorno a la situación anterior al coronavirus antes de 2024.

De este modo, con este acuerdo, el Estado se convierte en el primer accionista de la aerolínea, con casi el 30 % de participación. A cambio, la aerolínea se compromete a ceder franjas horarias en el aeropuerto de Orly.

Asimismo, en declaraciones a la emisora France Inter, el ministro Le Maire asegura que el plan acordado con la Comisión Europea y anunciado por la vicepresidenta ejecutiva, Margrethe Vestager, "es bueno para Air France y para los franceses" y supone "una muestra de confianza en la compañía a largo plazo" por su carácter "estratégico".

Según el dirigente, la ayuda se dividirá en 3.000 millones en un préstamo a 4 años, tras los cuales podrán transformarse en participación del Estado en la empresa, y en otros casi 1.000 millones en compra directa de acciones. De esta forma, Francia, que actualmente controlaba algo menos del 15 % de Air France, pasará a tener casi el 30 % de la aerolínea. "Ha sido una negociación larga y difícil", expresa el dirigente, quien ha concluido que la intervención estatal "no es un cheque en blanco", y asegura que deberán seguir tomando decisiones para mejorar la rentabilidad de la empresa.