Según el artículo 30 de la Constitución macedonia, el resultado de una consulta solo es válido si es respaldado por el 50% mas uno de los censados, lo que se traduce en unos 903.000 votos.

Los colegios cerraron puntualmente tras una jornada electoral que duró doce horas y que, según indicó el presidente de la Comisión Electoral Estatal, Oliver Derkoski, transcurrió en un ambiente tranquilo sin mayores incidentes.

A pesar de que la consulta solo tiene carácter consultivo, el hecho de no haber alcanzado la participación mínima para ser considerada válida hace difícil que el Gobierno pueda lograr el respaldo del Parlamento a la reforma constitucional necesaria para cambiar el nombre del país.

El líder del principal partido opositor, la alianza conservadora VMRO-DPMNE, Hristijan Mickoski, se abstuvo de votar por considerar que la pregunta del referéndum fue "manipuladora".

La pregunta no aludía directamente al nombre final que adoptará esta antigua república yugoslava en caso de superar el proceso de ratificación, es decir, República de Macedonia del Norte, sino pedía a los ciudadanos que dijeran si apoyan o no "la integración en la Unión Europea (UE) y la OTAN al aceptar el acuerdo entre la República de Macedonia y la República de Grecia".

El acuerdo firmado entre los Gobiernos de Skopje y Atenas en junio pasado pretende poner fin a una disputa que se ha prolongado más de un cuarto de siglo y ha llevado a Grecia a boicotear la adhesión del país vecino a la Unión Europea y la OTAN.

De su ratificación exitosa depende, por tanto, la tan deseada integración en ambos clubes. En ambos países el compromiso firmado ha levantado ampollas entre los sectores más nacionalistas.