El féretro con los restos de la reina Isabel II descansa ya en el salón del trono de holyroodhouse, en Edimbugo. El viaje desde el Palacio de Balmoral ha durado 6,5 horas y, tras él, el cuerpo de la monarca ha llegado a la milla real recibido entre aplausos.

Más solemne ha sido el recibimiento en el palacio de Holyrood. En absoluto silencio, la Guardia Real escocesa ha custodiado el féretro, cubierto con el estandarte real y una corona de lirios del valle, las mismas flores que Isabel portó en su ascensión al trono.

Allí, en primera fila lo velaba la princesa Ana, que ha hecho una reverencia a su madre. Ha sido ella quien ha acompañado todo el viaje del cortejo fúnebre en un recorrido de más de 6 horas por una tierra muy especial para la reina en la que pasó sus veranos.

En Ballater, el municipio más próximo a Balmoral, han dicho adiós a Isabel II entre lágrimas. Algunos de los presentes afirmaban ante las cámaras llorar por el amor a Isabel II y la tristeza de tener que decirle adiós. El convoy incluso ha sido homenajeado por granjeros en sus tractores, locales a caballo y una cadena humana kilométrica.

Desde su llegada a Edimburgo, el féretro de Isabel II no ha dejado de recibir ramos de flores. Se espera que mañana salga en procesión junto a Carlos III hasta la catedral de San Yills. Allí, tras una misa, la familia velará a la monarca, y en las 24 horas posteriores los escoceses podrán dar su último adiós.

El martes el ataúd viajará hasta Buckingham y el miércoles habrá una gran procesión hasta Westminster, donde se celebrará una capilla ardiente durante cuatro días. De ahí se trasladará a la abadía colindante, donde se celebrará el funeral de Estado el día 19. Tras él, Isabel II recibirá sepultura en el castillo de Windsor.