La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) pronostica una crisis alimentaria global sin precedentes. La guerra en Ucrania por la invasión de Rusia está dejando sus primeras consecuencias en los alimentos.

Es ahí donde Rusia centra parte de sus ataques, en esos convoyes humanitarios para usar el hambre como parte de la guerra. La doctora de relaciones internacionales Kattya Cascante adelanta que esta guerra "va a impactar en la factura alimentaria".

Rusia y Ucrania están entre los cinco principales exportadores de trigo de todo el mundo, sumando entre los dos más del 50%. Esas exportaciones van caer por falta de producción y por las sanciones impuestas a Rusia, con 50 países comprando un 30%.

A eso se suma la crisis del gas, clave para la producción de fertilizantes, del que Rusia es un exportador clave. La FAO avisa: si la situación se alarga, habría entre 8 y 13 millones más de personas desnutridas. Los precios se está disparando y no parece que a corto plazo la situación pueda cambiar.

Manuel Sánchez, director de Incidencia de Acción Contra el Hambre, habla del "riesgo alto" de que el conflicto se atasque y haga que los precios suban hasta hacerse "inalcanzables para el bolsillo de la población media". Para los expertos, como explican en el vídeo, la clave está también en la estructura del sistema.