Ninguno de los dos mandatarios prevé alcanzar avances significativos en las conversaciones que tendrán lugar en la capital finlandesa, más allá de intercambiar palabras cálidas, un acuerdo para comenzar reparar sus relaciones bilaterales y quizá un llegar a un acuerdo para iniciar negociaciones sobre temas como el control de las armas nucleares y Siria.

Los dos presidentes, que han elogiado las cualidades de liderazgo del otro en numerosas ocasiones en los últimos meses, podrían llegar a acordar el retorno de su personal diplomático a sus respectivas embajadas y de propiedades diplomáticas confiscadas tras una oleada de expulsiones a raíz del envenenamiento de un exespía ruso Sergei Skripal en Reino Unido.

Sin embargo, antes de la cumbre las dos partes han alegado que no tienen muchas expectativas sobre el evento, ya que Trump afirmó en una entrevista con la CBS que estaba acudiendo con "expectativas bajas" y John Bolton, su asesor de seguridad nacional, sostuvo en el programa 'This Week' de ABC que Estados Unidos no buscaba "resultados" y que la reunión sería "desestructurada". Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov alegó en la televisión rusa que él también tenía expectativas bajas. Según explicó, vería a la cumbre como un éxito si surgiera un acuerdo simplemente para reabrir líneas de comunicaciones hasta ahora cortadas.

Para Putin, solo el hecho de que ocurra la cumbre pese a la condición de semi-aislamiento de Rusia entre algunos estadounidenses y aliados de Estados Unidos es un triunfo geopolítico ya que muestra que Washington reconoce a Moscú como una gran potencia cuyos intereses deben ser tomados en cuenta.

Por el contrario, la cumbre supone un terreno pantanoso para el presidente estadounidense, ya que el pasado viernes el fiscal especial Robert Mueller imputó a 12 agentes de Inteligencia rusos acusados de interferir en las elecciones que le dieron la victoria presidencial, un duro golpe judicial para el entorno del presidente que continúa siendo investigado por una posible colusión con Moscú.

"Podemos decir con confianza que los riesgos políticos de Putin son menores que para el presidente Trump", ha afirmado Andrey Kortunov, jefe de RIAC, un grupo de expertos de Moscú cercano al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.