A finales de mayo caducan algunos de los contratos de países europeos con Rusia para el abastecimiento de gas. Un hecho que hace resurgir el temor ante posibles cortes por parte de Rusia, ya que Europa sigue negándose a cumplir la exigencia de pagar en rublos, como exigió Putin.

La Comisión Europea, Varsovia y Sofia aseguran que "no hay riesgo inmediato" ni para las empresas ni para los consumidores polacos y búlgaros y, a medio plazo, Polonia podrá recibir gas de Lituania y Bulgaria de Grecia. Pero los cortes de suministro unilaterales de Gazprom son "un punto de inflexión en la actual crisis", según la comisaria de Energía, Kadri Simson, que no descarta que Moscú pueda ordenar un corte de gas a toda la UE de cara a la mitad fría del año.

Las reservas subterráneas de los Estados miembros, que la Comisión quiere que lleguen al 80% antes del próximo otoño, están actualmente al 32 % "y creciendo". Pero Bruselas -y Moscú- sabe que con almacenes y diversificación no bastará. "No podemos reemplazar 165.000 millones de metros cúbicos de gas con otros proveedores", reconoció Simson, quien indicó que habrá que apoyarse en las renovables y el hidrógeno y recordó que a finales de mayo la Comisión presentará los detalles de su plan para acelerar la desconexión de la energía rusa.

También a finales de mayo, el Kremlin quiere que los importadores europeos se sometan al nuevo sistema de pagos de Rusia, que exige que los compradores abran una cuenta en euros y otra en rublos en Gazprombank. Bruselas insiste en que las empresas europeas no pueden acceder a pagar en rublos porque esa maniobra implicaría al Banco Central de Rusia, sostendría su divisa y supondría "una violación de las sanciones" a Rusia. Pero las compañías exigen más clarificaciones y Bruselas, que dice no tener información de que ninguna compañía europea haya accedido a esos pagos, se ha comprometido a publicar "en los próximos días" nuevas orientaciones para que los importadores sepan cómo pueden comprar legalmente energía a la Rusia de Vladímir Putin.

Este extremo está provocando que la Unión Europea se anticipe y busque alternativas. Así, estaría generando un plan que garantice el suministro, obligando a los estados a compartir recursos gasísticos. El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha augurado que los países europeos dejarán de comprar petróleo a Rusia "bastante antes de fin de año". "Yo espero que sí, que bastante antes de fin de año", ha asegurado tras participar en Panamá en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la Comunidad del Caribe (SICA) con la UE.

Además, en cuanto a la pretensión de Hungría de acceder a pagar el gas ruso en rublos, como ha exigido Moscú, el Alto representante de la UE ha sido muy contundente al recordar que la Comisión Europea "ha señalado claramente que se cumpla con las reglas y que los pagos se hagan de acuerdo con los contratos firmados (..) y esto vale para Hungría".