Lisa Montgomery ha recibido una inyección letal, convirtiéndose a así en la primera mujer convicta ejecutada en 68 años en Estados Unidos. El Tribunal Supremo estadounidense ha dictado sentencia por sorpresa apenas unas horas después de que el Tribunal de Apelaciones suspendiera su ejecución.

La presa permanecía en el corredor de la muerte desde 2004, cuando fue condenada por asesinar a una joven embarazada de 23 años.

Según su familia, su estado mental la llevó a sacar el feto y fingir durante nueve meses que el bebé era suyo. El bebé sobrevivió y a día de hoy ya ha cumplido los 18 años.

La defensa alega trastorno psicológico y muchas celebridades como Scarlet Johanson han hecho campaña para evitar su ejecución, alegando que su vida estuvo llena de "violencia sexual, tortura y terror".

Para los abogados de Lisa, su muerte es culpa de la clase política. Las ejecuciones federales, paralizadas hasta la llegada de Trump, se convierten en parte del legado de su gobierno y solo en 2020, 10 personas fueron ejecutadas por este procedimiento.