El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado la firma del memorando de entendimiento con Cuba en materia de aviación civil tras el que se espera que comiencen "en otoño" los vuelos comerciales directos entre las dos naciones.

Se permitirán hasta 20 vuelos diarios directos desde Estados Unidos a La Habana y diez más a otros nueve aeropuertos internacionales cubanos, entre ellos, Santiago de Cuba, Manzanillo y Camagüey, ha indicado el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos de Transporte, Thomas Engle, en una conferencia telefónica para comentar los detalles del acuerdo.

"En total, podrían alcanzarse un máximo de 110 vuelos directos entre Estados Unidos y Cuba. Pero obviamente esto dependerá de la demanda del mercado", ha agregado Engle, al precisar que la firma del memorando tendrá lugar el próximo martes en La Habana. Además, ha explicado que el acuerdo permitirá continuar con las operaciones de compañías chárter ya existentes, que efectúan entre 10 y 15 vuelos diarios a Cuba.

El Gobierno estadounidense abrirá la convocatoria para que las aerolíneas puedan presentar sus propuestas, de la que queda excluida, por el momento, Cubana de Aviación hasta que consiga autorización por parte del Tesoro, y tomará una decisión sobre los permisos otorgados para cubrir estas rutas "en verano". "Si no hay problemas, los primeros boletos podrían venderse en otoño", ha subrayado el funcionario estadounidense.

El memorando de entendimiento será firmado el próximo 16 de febrero en La Habana con la participación del secretario de Transporte de Estados Unidos, Anthony Foxx, y su homólogo cubano, Adel Yzquierdo. Este acuerdo se enmarca en el proceso en marcha de restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

El 17 de diciembre de 2014, los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, anunciaron el inicio de un proceso para normalizar las relaciones bilaterales que desembocó, en julio pasado, en la reapertura de las respectivas embajadas en La Habana y Washington tras más de medio siglo de enemistad.

No obstante, pese a las buenas palabras y el progresivo deshielo, todavía quedan temas muy complejos por resolver, como las compensaciones económicas mutuas, y persisten importantes diferencias entre los dos países en asuntos como inmigración y derechos humanos.

En cuanto al embargo económico sobre la isla, aunque Obama ha tomado medidas ejecutivas para flexibilizar los viajes y algunas transacciones comerciales, su levantamiento completo depende del Congreso de Estados Unidos, controlado hoy en su totalidad por los republicanos, que se oponen mayoritariamente a su eliminación.