El Gobierno de Estados Unidos ha advertido este martes de que "seguirá vigilante" para que los talibanes no den refugio a miembros de Al Qaeda en Afganistán, tras la muerte el pasado fin de semana en Kabul del líder de la red terrorista, Ayman al Zawahiri, en un bombardeo estadounidense.
"Vamos a seguir vigilantes, vamos a seguir preparados y no vamos a dejar que Afganistán se convierta en un refugio seguro para los terroristas que amenazan nuestra patria", ha dicho el coordinador de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en una rueda de prensa.
Kirby ha explicado que su país se ha comunicado directamente con los líderes talibanes: "Les dejamos claro a los talibanes que sabemos lo que han hecho, que sabemos a quién han albergado y que conocemos algunos pasos que han intentado adoptar después del bombardeo para cubrir las pruebas de ello", ha indicado. Aun así, ha rehusado aclarar qué pasos va a adoptar EE.UU. de aquí en adelante frente a los talibanes y consideró que ahora les toca elegir.
"Pueden elegir si cumplen con lo que acordaron bajo el pacto de Doha o si siguen por un camino diferente, que va a llevar a consecuencias no solo por parte de EE.UU. sino de la comunidad internacional", ha avisado. Ha recordado que los talibanes son un grupo que dice que quiere gobernar y que busca legitimidad por lo que deberían comportarse de forma "coherente" con esas metas.
El portavoz estadounidense ha agregado que Al Qaeda tiene una cierta presencia en Afganistán, aunque "su número no es muy grande", así como el grupo Estado Islámico (EI), que es "muy activo".
EE.UU. culminó en agosto de hace un año su retirada de Afganistán tras veinte años de ocupación, que inició después de los atentados del 11-S llevados a cabo por Al Qaeda. Poco antes de que EE.UU. culminara su repliegue, en virtud del pacto que alcanzó con los talibanes en Doha, el grupo se hizo con el control casi total de Afganistán.