El Gobierno de EEUU acusó a Rusia de los recientes ataques cibernéticos contra personas e instituciones estadounidenses, incluido el Comité Nacional Demócrata, con el fin de interferir en las elecciones del 8 de noviembre.
En un comunicado conjunto del Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, Washington se declaró "seguro de que el Gobierno ruso dirigió" esos ataques piratas.
Washington ha asegurado que todas las informaciones de Inteligencia recabadas durante los últimos meses señalan a Moscú, habida cuenta de que los ataques "encajan con los métodos y las motivaciones" de las autoridades rusas. El robo de información y su posterior filtración tenía como objetivo "interferir en el proceso electoral de Estados Unidos", según la nota.
"Esta actividad no es nueva para Moscú; los rusos ya han usado tácticas y técnicas similares en otras partes de Europa y Eurasia, por ejemplo, para influir en la opinión pública", han argumentado las autoridades norteamericanas, sin aclarar en qué sentido querría influir el Gobierno de Vladimir Putin.
El aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha llegado a alabar públicamente la figura de Putin, mientras que el mandatario ruso ha dejado entrever su apoyo a la política de acercamiento que quiere emprender el magnate neoyorquino.