El grupo terrorista Dáesh ha reivindicado la autoría del doble atentado perpetrado el miércoles en la ciudad iraní de Kermán durante las conmemoraciones del cuarto aniversario de la muerte del general Qasem Soleimani, abatido el 3 de enero de 2020 en un bombardeo de Estados Unidos en Irak.
Al menos 84 personas murieron y más de 280 resultaron heridas en este ataque, atribuido inicialmente a bombas activadas por control remoto pero que, según fuentes citadas por la agencia de noticias oficial IRNA, fue en realidad obra de terroristas suicidas. Así lo han determinado los investigadores en al menos una de las explosiones, después del visionado de las cámaras de la zona.
Las autoridades iraníes han prometido una respuesta contundente contra sus responsables y Dáesh ha asumido la autoría en un comunicado divulgado este jueves por sus canales de propaganda y recogido por el portal de vigilancia de información yihadista SITE. En esta nota, el grupo también asegura que fue un atentado suicida. Teherán, sin embargo, ha evitado responsabilizar a ningún grupo por el atentado en las sucesivas declaraciones de las principales autoridades del país.
Tampoco lo ha hecho este jueves la Guardia Revolucionaria, cuerpo al que pertenecía Soleimani -lideraba la Fuerza Quds en el momento de su muerte-, alegando que este tipo de incidentes no servirán para aumentar la inestabilidad. La Guardia Revolucionaria ha señalado que se trata de una acción de "enemigos" que quieren vengarse de la veneración que profesan los ciudadanos hacia Soleimani, convertido en estos últimos años en un símbolo de resistencia y figura habitualmente presente en los discursos de dirigentes, especialmente por el papel que Estados Unidos desempeñó en el ataque que le costó la vida.
En este sentido, la Guardia Revolucionaria ha abogado por seguir "combatiendo el terrorismo" y ha avisado de que el atentado "sólo reforzará la unidad y la coherencia frente a la adversidad".