La militarización del país ha ido en aumento para tratar de controlar los desmanes violentos en los que ha derivado la radicalización de la protesta ciudadana contra el alza del precio del metro.

Las fuerzas de seguridad se han visto sobrepasadas por la multitud de actos vandálicos en la capital de Santiago, entre incendios en estaciones de metro, barricadas, e infinidad de saqueos en comercios, supermercados, bancos y hoteles.

Ello motivó la declaración de emergencia para confiar al Ejército el control de la situación en Santiago. Se desplegaron hasta un total de 9.441 militares, destinados en su mayor parte a controlar puntos estratégicos como el suministro de agua, luz, y cada una de las 136 estaciones de metro, que constituyen unos de los objetivos más deseados de los violentos para prenderlos en llamas.

Además, las autoridades militares han decretado el toque de queda en Santiago, Valparaíso y Concepción hasta las 7.00 hora local, una medida que no ha impedido que, aunque en menor medida, siguieran dándose saqueos en supermercados y centros comerciales.

Tras sofocar las llamas de uno de los supermercados saqueados, las autoridades encontraron dos cuerpos calcinados y otra persona en muy malas condiciones la cual fue trasladada a un hospital donde falleció.

La violencia se expande por el país

Los actos violentos se descontrolaron y se replicaron en varias regiones del país, en especial en las cuatro para las que rige para los próximos 15 días el estado de emergencia.

Las llamas prendían en supermercados, vehículos, autobuses e incluso iglesias en una vorágine violenta que parecía incontrolable y que ni siquiera el anuncio del presidente del país, Sebastián Piñera, de que paralizará la subida del billete del metro, ha logrado calmar.

Problema de fondo

El descontento por parte de la sociedad debido al sistema de pensiones administrado por empresas privadas, el coste de la salud, el deficiente sistema público de educación y los bajos sueldos en relación con el coste de la vida, emergió con las protestas por el precio del metro.

"Si no hay destrucción nadie nos escucha", dijo una persona de la Rancagua a una televisión chilena, en las puertas de un concesionario de vehículos que fue quemado.

Transporte afectado

Tras el estallido de la violencia y por la afectación de muchas estaciones, que fueron quemadas, el Metro de Santiago ha decretado el cierre de todas sus líneas, y la empresa de autobuses urbanos de la capital ha suspendido el servicio.