Mientras occidente teme una invasión rusa de Ucrania, el presidente Vladimir Putin parece haber iniciado ya la anexión del país vecino. De momento, sus tropas no se marcharán de Bielorrusia a pesar de lo que comunicó el ministro de Defensa bielorruso el pasado jueves, afirmando que no se quedaría ninguna tropa rusa en el territorio al término de estos ejercicios. Aunque las maniobras conjuntas terminaron este sábado, el Gobierno bielorruso ha cambiado de opinión horas después.

Con las tropas rusas de manera permanente en Bielorrusia y con la OTAN desplegándose cada vez más en Polonia y los países bálticos, lo que estamos viendo es la configuración de una nueva guerra fría, según ha valorado Alberto Sicilia, periodista y corresponsal del diario 'Público' en Kiev. Por su parte, el presidente ucraniano dice que no caerá en provocaciones rusas, pero a la vez pide que se impongan sanciones ya a Rusia y un calendario de entrada de su país en la OTAN.

¿Hay sensación en la calle de que falta contundencia en el apoyo de occidente? Sicilia así lo confirma, señalando que en Kiev se considera que las medidas que está tomando el bloque conformado por EEUU y los europeos son demasiado tímidas como para amenazar a los rusos. Precisamente, estos días se recuerda mucho en la capital ucraniana y los alrededores un episodio de 1994, cuando este país renunció a su armamento nuclear a cambio de que la comunidad internacional garantizase su independencia.

En ese momento, Ucrania era la segunda república soviética más importante y Kiev la tercera ciudad con más relevancia de la Unión Soviética. Ahora, con una situación que se va tensando más y más, no son pocas las voces que creen que se equivocaron al confiar en ese pacto con la comunidad internacional. Las horas pasan en esta zona gravemente afectada por la tensión y por las violaciones de alto el fuego, pero desde Europa hay quien cree aún que la guerra es evitable.