Los buques de guerra de Estados Unidos y Rusia se han visto obligados a realizar maniobras de emergencia para no chocarse en el mar de China, un incidente que hubiera podido ser muy serio: los barcos son un portamisiles estadounidense y un destructor ruso.

De momento, ha abierto una nueva crisis diplomática entre Moscú y Washington que se acusan mutuamente de "imprudencia temeraria".