El presidente francés, Emmanuel Macron, ha protagonizado un altercado este miércoles que ha recordado a lo sucedido hace 24 años, cuando el presidente Jacques Chirac se encaró a la policía israelí durante una visita a la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Esta vez ha sido Macron el que ha estallado en cólera cuando los agentes locales intentaron entrar en una iglesia propiedad de Francia, donde estos no tienen jurisdicción.
El francés se disponía a visitar el templo de Santa Ana, una iglesia del siglo XII situada en la Vía Dolorosa en Jerusalén, pero al ver que las fuerzas de seguridad israelíes entraban en el templo junto a él, se enfureció y pidió que abandonaran el templo. "Saben muy bien que esto no funciona así. Lo digo con cariño", aclaró.
A medida que se iba desenvolviendo el encontronazo, el presidente iba elevando el tono: "Soy el presidente de la República francesa y soy yo quien decide", advirtió antes de que comenzaran los forcejeos.
"Todos sabemos muy bien las reglas, no me ha gustado lo que han hecho delante de mí. ¡Fuera, salgan fuera!", agregó Macron, que hasta en dos ocasiones ordenó a los policías que abandonaran la iglesia antes de que finalmente entrara en el recinto visiblemente enfadado.