Las empresas armamentísticas se están quedando sin stock. Los pedidos de defensa global aumentan a medida que empeoran las tensiones geopolíticas. "Hay más de 50 conflictos activos ahora mismo", ha informado Nicolás Marchal, director del Departamento de Seguridad y Defensa de la Universidad de Nebrija. Desde el comienzo de la guerra de Ucrania, los pedidos han crecido un 10%.

El problema lo encontramos cuando aumenta la demanda, pero no la oferta. Los motivos, según describe Marchal, pasan por la "escasez de materiales" o el "aumento de de los presupuestos de defensa de países para adquirir material". Por ejemplo, para la fabricación de un misil Nassam hay más de 1.000 empresas implicadas. "Tiene titanio, aluminio, cargas explosivas con químicos, muchísimos componentes electrónicos...", detalla el experto.

Se han generado así listas de más de dos años de espera, algo que no se veía desde la guerra de Corea en 1950. "Industrias que se dedican a ello están preparadas para momentos de paz o de conflicto, pero no de alta tensión como tenemos en la actualidad", ha apuntado Nicolás Marchal. En 2022, el gasto en armamento superó los 777.000 millones de dólares, y en tan solo seis meses de 2023 ese máximo se igualó.

"Somos grandes dependientes de países terceros", ha concluido el director del Departamento de Seguridad y Defensa de la Universidad de Nebrija. Los verdaderos ganadores de la guerra, sin duda, son las compañias armamentísticas.