Ahora mismo en Rusia no hay oposición a Vladimir Putin. Los opositores que tenían o han acabado muertos como Alekséi Navalni, encarcelados o fuera de las elecciones presidenciales que se celebran en el país este mes de marzo (del 15 al 17 de marzo de 2024).

José Ángel López, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, recuerda también el caso de Borís Nemtsov que "fue asesinado a tiros en la Plaza Roja (Moscú) en 2015". Además, "en este momento, hay dos presos políticos rusos muy importantes en la oposición", señala Carmen Claudín, investigadora asociada en CIDOB.

Pero también los hay que han quedado fuera de juego en las próximas elecciones como Boris Nadezhdin. "Un candidato a las presidencias y que presentó sus avales, pero han sido tumbados por defectos de forma", explica López.

La disidencia en Rusia está monitorizada al minuto, tal como se ha visto en el funeral de Alekséi Navalni. Carmen Claudín asegura que “hay cámaras de seguridad incluso encima del féretro". Por eso, la única esperanza ahora está en el exilio y ahí es donde aparece Yulia Navalnaya. "Tiene una personalidad propia muy marcada. Decían que era mucho más resistente" que su pareja Navalni.

También está Marina Litvinenko, la viuda del exespía ruso Alexander Litvinenko, asesinado en el Reino Unido en 2006 por los servicios secretos rusos. Junto al resto de la oposición rusa en el exilio, pide a los países occidentales que no reconozcan la posible victoria de Putin en las próximas elecciones.

Pero, para los expertos esto no es suficiente y hay una pieza clave: Ucrania. Lo que ocurra en esa guerra puede hacer tambalear el imperio de Putin: "Que se le puede plantar cara, que se le puede parar los pies". Que se le puede ganar, aunque en estas próximas elecciones su victoria parece estar más que asegurada.