A partir del 20 de enero de 2021, Joe Biden comenzará su andadura como presidente de los Estados Unidos. Antes de empezar, ya tiene una lista de tareas bastante amplia de cuyo cumplimiento dependerá si su legislatura es un éxito o un fracaso.

En gran medida, a Biden se le valorará en cuatro años si consigue limar las tensiones que Trump ha levantado entre las minorías, con los afroamericanos, los latinos y los migrantes en el centro del tablero. Como si de un referéndum se tratase, estas elecciones han significado un 'no' rotundo a la política extrema de Trump.

Sus políticas dependerán en gran medida de la posible mayoría que consiga el partido demócrata en el Senado, cuyo recuento ahora mismo se encuentra en un empate a 48. En caso de que la carrera acabe en empate a 50, Kamala Harris, vicepresidenta electa, deshará el empate en favor del partido demócrata, por lo que conseguir esos dos senadores se antoja vital para los de Biden.

Dependerán principalmente de la segunda vuelta que tendrá lugar en Georgia en enero, pero para llegar a ese escenario, aunque parezca cercano, todavía queda. Biden debe convencer a aquellos que creen que Estados Unidos se va a convertir en una dictadura bolivariana, ese núcleo duro de los votantes de Trump en el centro más profundo del país, y llevar a cabo políticas transversales.

La crisis del coronavirus

El coronavirus también marcará, irremediablemente, los primeros meses de su estancia en la Casa Blanca, con la llegada de la vacuna como principal reto. Una de las primeras decisiones que ha trascendido de Biden es la de reunir a un comité de expertos para afrontar la crisis de la COVID-19.

A su gobierno le tocará lidiar con la crisis que vendrá después de la pandemia, una tarea nada fácil en la que deberá poner el foco en el pequeño comercio y las rentas más bajas. En ese plan también deberá tener en cuenta a China, uno de los grandes enemigos de Trump estos cuatro años, sobre todo después de acusarles de ser los responsables del coronavirus en repetidas ocasiones.

Importante también la política que seguirá en Oriente Medio, donde Trump ha llegado a acuerdos con Israel o Irán, con el acuerdo nuclear como momento estelar. Veremos si Biden quieren abandonar a este bloque o si apuesta por la retirada paulatina de tropas.

¿'Fórmula Obama' en migración?

Trump entró con la intención de levantar un muro para evitar la entrada de ciudadanos mexicanos a Estados Unidos, un muro que se ha acabado levantando dentro del propio país. Sobre la mesa de Biden estará reestablecer la relación con México.

Durante la administración Obama, se vieron diversos acercamientos con Cuba, algo que Biden podría volver a retomar para reforzar esa imagen exterior tras los estragos de Trump. Importante labor la que tiene por delante Biden de nivelar su nivel de actuación a nivel interior y exterior, quizás la más complicada.

El problema que se va a encontrar es precisamente ese, que el terreno que va a encontrar al entrar al Despacho Oval va a ser tan enorme como enorme ha sido la soberbia de Trump al romper unos lazos que ahora Biden deberá -porque así se lo exigirán sus votantes- volver a unir.