"Voy a cancelar el acuerdo para el clima de París", sentenció muy claro en su campaña Trump. Son muchas las veces y las formas, con las que Trump ha manifestado que no cree en el problema del cambio climático: "Tormentas de hielo desde Texas a Tennessee, yo estoy en Los Ángeles y está helando, ¡El calentamiento global es una completa y carísima farsa!".

Anticipándose al escepticismo ecológico del nuevo presidente, Obama se dio prisa para firmar el acuerdo de París, que obliga a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para eso hace falta un fondo verde anual, a partir de 2020, de 100.000 millones de dólares de los países más desarrollados. Estados Unidos había anunciado un aval de 3.000 millones. Ahora Trump podría impedir ese pago, que tendrían que asumir entre otros de los miembros del Acuerdo.

Más difícil sería echar por tierra el Acuerdo de París en vigor desde la semana pasada, le recuerdan a Trump países como Francia desde la cumbre sobre el cambio climático de Marrakech. Trump podría salirse del pacto denunciando el tratado y eso tardaría porque por ley tienen que pasar tres años.

Además, no es fácil que si Estados Unidos sale el acuerdo de París el tratado caiga, porque se mantendría con la presencia de 55 países, que conformen el 55% de las emisiones nocivas, algo que parece bastante factible.