Las grandes empresas de Estados Unidos están moviendo ficha sólo un día después de la elección del magnate republicano. En una carta abierta a Trump, los responsables de más de 1.100 compañías piden "estabilidad", tras una campaña marcada por promesas que amenazan el libre comercio.
Según Francesc Granell, miembro de la Real Academia de las Ciencias Económicas, "es impensable que el país que ha impulsado la gobernanza de la Globalización ahora se lance a acciones de carácter proteccionista".
La misiva, firmada entre otros por Coca-Cola, Boeing o Caterpillar, pretende presionar al presidente electo para que abandone una apuesta por el proteccionismo que podría tener un impacto muy negativo en su economía.
"No podemos descartar una guerra comercial porque si te ponen aranceles, tú sueles responder también con aranceles", considera Miguel Sebastían, exministro de Industria, Turismo y Comercio.
La incertidumbre ante sus movimientos se extiende a todo el globo. En España, más de 800 empresas tienen presencia en Estados Unidos.
"Va a haber temas que puedan ser más interesantes y otros menos, España es líder en infraestructuras de las empresas, por tanto si hay inversión pública en Estados Unidos, a estas empresas les va a ir bien", explica el vicepresidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
Grandes empresas constructoras y siderúrgicas a las que podría irle bien los planes de Trump, frente a otras, como las renovables, a las que perjudicaría su falta de interés por las energías limpias.