De oscuro, en señal de luto, y violeta, color del feminismo. Así vistió Hillary Clinton durante la comparecencia en la que asumió su derrota electoral. La candidata demócrata dedicó gran parte de su discurso a las mujeres que soñaban con romper de una vez por todas el dichoso techo cristal.

"Sé que no hemos roto el más alto y duro techo de cristal al que nos enfrentamos pero algún día alguien lo hará, y esperemos que sea antes de lo que pensamos", reivindicó. Clinton las animó a no rendirse y a seguir peleando por un mundo más justo.

"Esta pérdida duele, pero nunca dejen de creer que luchar por lo correcto vale la pena", reclamó la candidata estadounidense. El triunfo de Donald Trump ha sido un mazazo para el movimiento feminista. "Es una mala noticia, pero también nos pone de manifiesto lo fuerte que es todavía el patriarcado, ese machismo que aún está arraigado", explica María Eugenia Rodríguez, profesora de Filosofía Política de la UC3M.

Durante su campaña, Clinton no ha parado de tener guiños con las mujeres. Además de vestir de blanco en honor a las sufragistas que consiguieron que las mujeres pudieran votar, la aspirante demócrata escogió para la noche electoral un centro de convenciones con un gigantesco tejado acristalado.

Esto es, símbolos y gestos que no han evitado una nueva derrota del feminismo. "Mucha gente está ahora molesta y decepcionada, y puede rendirse. Pero es importante no hacerlo", explica Nadia Tolokonnikova, integrante dle colectivo feminista 'Pussy Riot'.

Los resultados electorales han puesto de manifiesto que, incluso en el país más avanzado del mundo, el feminismo sigue siendo una asignatura pendiente.