Ha llegado el día. Este martes 3 de noviembre los ciudadanos de Estados Unidos eligen un mandatario para los próximos cuatro años. Y todavía hay muchas dudas: qué pasará con el voto por correo —que previsiblemente va a retrasar el recuento final—, qué decidirán los estados clave, como Ohio o Florida y, por supuesto, quién se hará con la victoria una vez terminada la contienda.

Ninguna de estas preguntas puede ser respondida antes de las elecciones, pero el aluvión de sondeos electorales de los últimos días permite dibujar (se cumplan los pronósticos o no) una buena fotografía de cuáles son los ánimos a escasas horas de la votación. En este sentido, los datos apenas titubean: Joe Biden es el candidato con más posibilidades de ganar las elecciones. Aunque, importante: es el candidato con más posibilidades, pero no con todas las posibilidades.

El análisis del voto de los últimos meses ejemplifica a la perfección el liderazgo del candidato demócrata en las encuestas. Desde el pasado mes de febrero no ha habido una sola ocasión en la que Biden esté por debajo de Trump. El candidato demócrata ha sabido mantener una distancia de unos diez puntos con respecto a su rival (el doble de lo que Hillary Clinton logró cosechar en las últimas encuestas de 2016). No obstante, las últimas encuestas, actualizadas a 3 de noviembre, reflejan que Trump ha podido reducir su diferencia a los 8,4 puntos.

El gráfico que acompaña estas líneas muestra la evolución en el porcentaje de voto, según la media de todas las encuestas —se ha optado por esta opción ante las diferencias que hay entre unas y otras—, cuyos datos ha recogido el medio estadounidense Fivethirtyeight. Pulsa sobre las líneas de cada candidato para tener más información.

El voto por estados

Joe Biden también es favorito por territorios. El candidato demócrata lidera con un margen amplio en Michigan, Wisconsin y Pensilvania, tres estados muy importantes en 2016, como recuerda el corresponsal de laSexta en Estados Unidos Sandro Pozzi. Ahora bien, Donald Trump mantiene su ventaja en otras zonas importantes, como Ohio o Texas —eso sí, con un margen muy justo: 0,6 puntos en el primero y 1,5 puntos en el segundo—. El actual mandatario también es favorito en Missouri, Carolina del Sur, Montana, Indiana y Kansas, entre otros estados.

También hay que tener en cuenta el reparto del voto de cada uno de los electores. Ambos candidatos aspiran a un máximo de 538 votos en total (para gobernar se necesita una mayoría de 270 votos). Y Joe Biden superaría esa mayoría holgadamente, ya que tendría 291 electores a su favor. No obstante, el reparto por estados todavía deja muchas dudas, y el resultado en los territorios bisagra será fundamental.

Los datos muestran cómo los demócratas están en una posición mejor que hace cuatro años, aunque una mayoría en las encuestas no garantiza la victoria. Las próximas estadísticas serán las que muestren al ganador de la batalla electoral, mientras que todavía hay muchas dudas sobre qué pasará si se confirma la victoria de Joe Biden. Trump, por su parte, ha insinuado que podría no aceptar el resultado, por lo que los estadounidenses podrían tener que esperar todavía más para conocer el nombre de su próximo mandatario.

Así estaban las encuestas en 2016

La experiencia de las elecciones pasadas es el ejemplo perfecto de que, hasta que no pase la noche electoral, nada estará decidido. Así lo vivió la propia candidata demócrata, Hillary Clinton, hace exactamente cuatro años: en los meses previos a las elecciones casi siempre lideró los sondeos, aunque llegó a la recta final con solo 3,9 puntos de diferencia con respecto a Donald Trump.

Como se muestra en el gráfico que acompaña estas líneas, conforme se acercaba el día de las elecciones, la distancia entre Clinton y Trump se estrechaba. A Biden le ha ocurrido algo parecido, aunque con algunos matices: a principios de octubre, el positivo del candidato republicano por coronavirus impulsó la candidatura demócrata en las encuestas. Pero, de nuevo, el actual presidente ha cogido rebufo en los últimos metros.

Por otro lado, si atendemos al voto por estados, Hillary Clinton también era favorita, pero en una menor medida que Joe Biden en la actualidad. El día 8 de noviembre de 2016 la candidata demócrata era favorita en 26 estados, mientras que Donald Trump lo era en 25. Unos datos que contrastan con la fotografía que dejan las encuestas de este 3 de noviembre de 2020: Biden tiene ventaja en 29 territorios, mientras que Trump en 22.

Ahora bien, uno de los puntos que más factura le pasaron a Clinton fueron los resultados en los estados decisivos, como Florida o Pennsylvania, donde se impuso el republicano a pesar de que la demócrata era favorita.

Los datos del Barómetro de laSexta

Las elecciones en Estados Unidos no son solo decisivas en el país norteamericano, sino que son capaces de acaparar la atención de prácticamente todo el globo. En este sentido, laSexta ha preguntado al electorado de los cinco grandes partidos cuáles son sus posturas con respecto a esta nueva votación.

Claramente, la mayoría de votantes del PSOE y Unidas Podemos prefieren una victoria Joe Biden (también los de Ciudadanos, aunque hay un 46% al que le es indiferente el ganador). Ahora bien, con respecto a Donald Trump el consenso es menor: solamente los simpatizantes de Vox están claramente a favor del republicano (un 78%), mientras que en los del Partido Popular están especialmente repartidos (un 28% a favor de Trump y un 30% que prefiere a Biden). En la tabla inferior puedes consultar la opinión de cada grupo.

Ahora bien, ¿de verdad interesan estas elecciones? ¿Cómo las reciben los simpatizantes de cada partido? La respuesta a estas preguntas sí está relativamente igualada en este ámbito. El porcentaje de encuestados que está muy preocupado por los comicios es mínimo —solamente en Vox el dato supera el 10%—. Por otro lado, alrededor de un tercio de los encuestados (en función del partido), está bastante interesado en lo que ocurra este 3 de noviembre, especialmente el electorado de Unidas Podemos (un 49%).

Aun así, el barómetro de laSexta deja muestra también de que un elevado número de los encuestados está poco interesado en las elecciones. Este caso, como se veía en el gráfico anterior, es especialmente notorio en Ciudadanos, aunque también en el PP, donde el dato alcanza el 41%, y en el PSOE, donde el 43% apenas está preocupado por qué decidirán las urnas.