Trump llega a la Casa Blanca sin carrera política, por lo que las quinielas de 'ministrables' no son fáciles. Lo único seguro, el vicepresidente: Mike Pence, conocido por su ultraconservadurismo: "Soy cristiano, conservador y republicano, por ese orden".

Más allá de eso, se sabe que el equipo de Trump lleva meses enrolando candidatos procedentes de Wall Street, él que tanto se ha metido con ellos, empresarios hechos a sí mismos como un camionero convertido en magnate del petróleo o políticos de los márgenes del Partido Republicano, escogidos entre los enemigos acérrimos, y declarados, de los Clinton.

Así, el exalcalde de Nueva York Rudi Giuliani, podría ser quien acabara enjuiciando a Hillary si Trump cumple su amenaza: "Ordenaré a mi fiscal general que la investigue". Giuliani ya dijo que la perseguiría y que la vería vestida de presa.

Otro puesto clave podría ocuparlo el muy polémico, y muy de derechas, Newt Gingrich, que puso contra las cuerdas a Bill Clinton por el caso Lewinsky. A tono con la misoginia del presidente electo, pocos nombres femeninos suenan: quizá Sarah Palin, tampoco demasiado amiga de Hillary, su propia hija o una exmodelo. Nombres para gobernar el -todavía- país más poderoso del mundo al estilo Trump.