Biden es el pequeño de cuatro hermanos de una familia humilde. Así fueron los comienzos del candidato demócrata a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, quien nació en Scranton (Pennsylvania) pero se mudó a Delaware para que su familia encontrase un trabajo mejor, según cuenta la página web de su campaña.

Desde adolescente tuvo claro el ámbito al que quería dedicarse. Tanto es así que estudió Derecho en la Universidad de Syracuse y se especializó en historia y ciencias políticas por la Universidad de Delaware. Una vez graduado, Biden comenzó a trabajar como abogado en una empresa al mismo tiempo que ejercía de defensor público a tiempo parcial. Años más tarde (1972), Biden se convirtió en una de las personas más jóvenes en ser elegidas al Senado de Estados Unidos con 29 años. El candidato continuó trabajando en este órgano hasta 2009, cuando renunció a su cargo para convertirse en el vicepresidente de Obama.

Sobre su personalidad, del candidato siempre se han destacado varias cosas. La primera de ellas es su pasión por el helado, que él mismo ha confesado vía Twitter. Sus seguidores hablan de su carácter afable, pero el candidato no ha estado exento de polémicas.

El pasado mes de abril, una excompañera de trabajo aseguró que el entonces senador había abusado de ella en un pasillo del Capitolio. La acusación obligó al candidato a emitir un comunicado en el que aseguraba que no era cierto lo que su compañera decía y animaba a que los Archivos Nacionales hicieran pública cualquier denuncia que la mujer presentase en la época en la que supuestamente cometió el abuso. También dejaba claro que el personal que trabajaba entonces con él no tenía constancia de los supuestos abusos.

Sin embargo, no se trata de una acusación aislada dado que varias mujeres le han acusado de ser "muy sobón", según recoge la BBC. Como prueba de ello, han circulado por la red varios vídeos del vicepresidente durante un evento en 2019, cuando se destacó la manera bastante dudosa que tuvo de tratar a unas niñas.

 

Además de la polémica de este vídeo, muchos medios estadounidenses han recordado en los últimos meses el plagio del que se le acusó a Biden en un debate primario demócrata en 1987. Fue entonces cuando Biden utilizó unas frases de un discurso pronunciado por de Neil Kinnock, líder del Partido Laborista Británico, en una conferencia de su formación el 15 de mayo de 1987. Según declaraciones recogidas por The Guardian, Kinnock consideró el incidente como un error inocente de Biden al no citar su fuente. Sin embargo, las palabras copiadas se convirtieron en un escándalo para el demócrata, quien tampoco destaca por su buena oratoria en los debates e intervenciones en eventos masivos.

Prueba de ello son sus habituales errores verbales, que ha llegado a utilizar su rival, Donald Trump, para reírse del candidato demócrata en redes sociales. Así sucedió el pasado 14 de octubre, cuando Biden pronunció la palabra ‘residente’ en vez de presidente. Acto seguido, Trump aprovechaba la ocasión para burlarse de la edad del candidato en Twitter con el siguiente meme:

El incidente de Ohio no es un caso aislado. Sin ir más lejos, este miércoles Biden se confundió presentando a su nieta a los simpatizantes que le esperaban en el lugar. "Aquí está mi hijo Beau Biden, que muchos de ustedes ayudaron a elegir para el Senado de Delaware, y aquí está mi hija Natalie", expresó. El problema es que ni estaba en Delaware, ni su hijo Beau está vivo ni la que cogía era su nieta Natalie.

A pesar de sus confusiones verbales y sus polémicas, Biden encabeza los resultados de las elecciones de este 3 de noviembre para ocupar la presidencia de Estados Unidos. Además, sus amigos, exasistentes y compañeros de profesión han destacado de Biden su cercanía, autenticidad y empatía.

El amigo del candidato y senador por Delaware Chris Coons aseguró en declaraciones recogidas por la BBC que Biden tenía un "superpoder en su capacidad de consolar, escuchar y conectar con personas que acaban de sufrir la pérdida más grande de su vida". Además, Coon señaló que esta capacidad se había intensificado después de las pérdidas que sufrió Biden: el demócrata tuvo que hacer frente a la muerte de su mujer e hija de tres meses en 1971 a causa de un accidente automovilístico pero, además, en 2015, su hijo mayor, Beau Biden, falleció a causa de un cáncer cerebral que le habían diagnosticado dos años antes.

La apreciación del senador de Delaware fue confirmada por Mark Barden, quien perdió a su hijo de 7 años en el tiroteo de la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2012. Según recoge la cadena de televisión británica, Barden recibió una llamada directa de Biden y tiempo después contó que sintió una conexión inmediata con el entonces vicepresidente en su conversación de más de una hora.

El carácter familiar de Biden

Además de mostrar cercanía con sus simpatizantes, la web de su campaña insiste en destacar que Biden nunca ha dejado de lado a su familia. Tanto es así que tomó juramento en el Senado de Estados Unidos junto a las camas del hospital de sus hijos, que estaban ingresados tras el accidente automovilístico.

Una vez en el Senado, Biden viajaba diariamente de Wilmington (Delaware) a Washington, primero en automóvil y luego en tren, para poder acostar a sus hijos por la noche y verlos levantarse por la mañana, según cuenta la web de su campaña. Gracias a estos años, el candidato desarrolló un estrecho vínculo con sus hijos que, diez años más tarde, se tradujo en una profunda tristeza por la muerte de su hijo mayor.

De esta desgarradora experiencia surge su libro 'Prométeme, papá' (Macmillan USA, 2017). En él recoge sus últimos encuentros con su hijo y la repercusión que tuvo su pérdida en la carrera política del demócrata: Biden decidió no presentarse a las presidenciales de 2016.

Cuatro años más tarde y a dos semanas de las elecciones presidenciales, los sondeos le auguran una victoria sobre su rival Trump. También pasó así en 2016 con Clinton. Está por ver si esta vez aciertan las encuestas.