El caso de George Floyd no es el único de brutalidad policial en Estados Unidos, pero sí ha servido para animar a denunciarlos. Ahora el medio estadounidense 'ProPublica' ha publicado las imágenes que muestran las torturas a las que fue sometido un hombre hispano en California en 2017.

Las cámaras de seguridad muestran como la policía de Riverside llega con Phillip García a la cárcel del condado: el hombre está aturdido y sin responder a órdenes. Le acababan de detener porque sus vecinos han llamado a la Policía denunciando que llevaba horas corriendo, gritando "obscenidades" por su jardín, y atacando a su compañero de piso.

El informe del caso muestra que las evidencias de un trastorno mental son claras, pero los policías decidieron no consultar su historial médico. Le encerraron en aislamiento durante más de 18 horas sin comer ni dormir durante todo ese tiempo.

"Alguien tiene que ayudarme"

El hombre necesitaba asistencia médica, pero nadie fue a verle, hasta que, ante el estado en el que se encontraba, los agentes entraron con gran violencia a por él: le lanzaron botes de gas pimienta y granadas de humo para después reducirle entre seis personas. Fue después en otra sala cuando intentaron atarle a la camilla y cuando se le pudo oír pidiendo ayuda: "¡Alguien tiene que ayudarme!".

En ese momento, los oficiales incluso actuaron de forma más violenta, aplastándole con un escudo, golpeándole y dejándolo ensangrentado. Tres horas después de esa escena el hombre hispano de 51 años acabó falleciendo.

Los hechos sucedieron menos de dos días después de que fuera detenido y calificaron su muerte como un homicidio. Hubo una investigación interna en la que ningún agente involucrado tuvo algún tipo de consecuencia legal o penal. El condado de Riverside pagó a su familia casi un millón de dólares y el caso nunca se llevó a los tribunales.