Nuevo caso de brutalidad policial en Estados Unidos. Un joven de 28 años ha fallecido tras ser reducido por varios agentes por, supuestamente, robar una botella de refresco.
Como se aprecia en el vídeo que acompaña a estas líneas, tres agentes le persiguieron y acabaron placándole y abalanzándose sobre él. Finalmente, le tiraron contra el asfalto ardiendo a 40 grados, donde le mantuvieron seis minutos atado de pies y manos.
Durante esta brutal actuación el joven no dejó de quejarse hasta que sus súplicas cesaron. Pero no porque se tranquilizara, sino porque había comenzado a desfallecer. Hasta ocho policías le rodearon y cuatro de ellos le metieron a pulso en el coche patrulla.
Según se observa en las imágenes, que se han publicado ahora tras varias denuncias, cuando la Policía se percató de que lo que estaba ocurriendo, intentó reanimarle con agua sin éxito. Finalmente, Ramón acabó falleciendo en el hospital al que fue trasladado.
Este es uno más de los abusos que cada año cuestan la vida a más de 1.000 personas bajo custodia policial en Estados Unidos, la mayoría de ellas de origen hispano o afroamericano.