Sabiendo que el club atacado era frecuentado por latinos, Hillary Clinton ha enviado sus condolencias en inglés y español a las víctimas y sus familias: "Desperté con la devastadora noticia de Florida. Mientras esperamos más información, mis pensamientos están con los afectados de este horrible acto".

Cautela en el mensaje de la candidata demócrata, no tanta en la de su rival republicano Donald Trump: "Terrible incidente en Florida. Rezando por las víctimas y sus familias. ¿Cuándo parará esto? ¿Cuándo empezaremos a ser duros, inteligentes y vigilantes?". Apunta así a la hipótesis del terrorismo yihadista.

Ahora se teme una reacción islamófoba como ocurrió tras la matanza de San Bernardino, a finales del año pasado. A raíz de ese ataque, Trump abogó por prohibir la entrada de musulmanes a Estados Unidos.

En un país profundamente marcado por el 11S, la primera reacción tras ataques como el de Orlando es apuntar a la hipótesis yihadista. Más aún siendo en un club nocturno por el recuerdo de lo sucedido en París en la sala Bataclán.

Pero si se hace memoria vemos que las muertes por armas de fuego superan ampliamente a las provocadas por terrorismo. Desde 1970 ha habido casi millón y medio de muertos por violencia armada, más que en todas las guerras en las que ha participado Estados Unidos, 92 muertos al día de media. Una lacra difícil de combatir en uno de los pocos países en los que portar armas es un derecho constitucional.

De poco han servido los esfuerzos de Obama por legislar en favor del control de armas con un Congreso de mayoría republicana.